Prendió el ordenador y se apoltronó en su sillón predilecto
con la intención de comenzar con su juego diario.
La cosa era muy simple, su interés se centraba en el hecho
de poder colgar sus trabajos en cuanto lugar de Internet se le presentara.
El sistema era sencillo, buscaba cualquier comunidad, se
dirigía a la presentación de alguno de sus miembros y le ponía un +1, luego
iba al rectangulito del comentario y colocaba muy frescamente “compartido”.
Posteriormente procedía a pasar el cursor sobre la palabrilla, la marcaba y con el botón
derecho ponía copiar.
Listo. El trabajo estaba hecho. A partir de allí el procedimiento era muy sencillo, todo consistía en poner un +1 y pegar el cartelito (compartido) en
todos los demás, con lo que quedaba como los dioses con todos los integrantes.
No solo los mencionaba sino que además los comentaba.
Ni por equivocación se detenía a leer lo que habían
publicado. Los muy tontos creían en su palabra y él se reía con ganas de la
engañifa.
Aparecía como el individuo más sociable de todos ya que no
faltaba ni dejaba de compartir nunca, y como consecuencia los demás, corderos
inocentes, sentían la obligación de leer y comentar su blog, con lo que
conseguía su objetivo.
Es que se suponía que todos actuaban de buena fe.
Ese día se sentía feliz y le dio a su tarea con ganas.
Estaba tan metido en ello que no sintió los pasos pesados
pero veloces que se marcaron en la escalera.
Los golpes casi brutales en su puerta lo sobresaltaron.
Los goznes y la cerradura saltaron como empujadas por un
vendaval y un grupo de individuos armados hasta los dientes se abalanzaron
sobre él, sin darle tiempo a respirar.
Mientras alguien aplastaba su cuadrada cabeza contra el
parqué, otro procedía a esposar sus manos en la espalda.
Los demás con precisión y velocidad desarticularon su
ordenador y se lo llevaron sin decir palabra.
Cuando le sacaron las manos que aprisionaban su cráneo alcanzó
a oír cuando alguien, con vos monótona, repetía: “tiene derecho a guardar silencio,
cualquier palabra que diga puede ser tomada en su contra, tiene derecho a
llamar un abogado, si no lo posee el estado… etc, etc”
No comprendía que sucedía y su desesperación iba en ascenso
a medida que pasaba el tiempo.
“Es un sueño, si un mal sueño… una pesadilla” cerró los
ojos, mientra sentía que lo llevaban en un auto mientras una sirena sonaba intermitentemente.
Cuando los volvió a abrir un individuo de anteojos y aspecto insignificante lo estaba mirando fijamente.
Cuando los volvió a abrir un individuo de anteojos y aspecto insignificante lo estaba mirando fijamente.
“Soy su abogado… a mí me puede contar con quien se
comunicaba”
“¿Cómo con quién?”
“No se haga el distraído, Pedro Argañaraz, el traficante, le
enviaba mensajes que usted compartía con el resto en forma sistemática… ¿con quién
lo hacía?”
“Con nadie, le juro que con nadie… Yo solo ponía compartido
pero no era cierto, nunca leí nada, no sé ni quien los escribía”
“Si se niega a colaborar no voy a poder hacer mucho por
usted… dígame con quien compartía y tal vez pueda hacer un trato”
“Pero yo no…”
“Está bien, ya veremos”. El abogado hizo una seña y salió
tan veloz como había entrado.
Dos policías lo tomaron de los brazos y lo trasladaron hacia
un calabozo.
“Compartido, compartido… pero si yo mentía, no compartía con
nadie…”
Una mano tan grande como su cara se apoyó en su hombro.
Un hombrón enorme, de tez oscura, lo miraba sonriente.
“Hola, chiquitín… parece que esta noche vamos a "compartir" esta celda”
Y la carcajada ahogó el llanto que comenzaba a correr por
sus sonrosadas mejillas.
Ujujjuyyyy, pobre muchachito!! Muy bueno Osvaldo, no tendré más remedio que compartir, a ver qué pasa jaja
ResponderEliminarBravo!!!! Que grandeeeeeeeeeeeeee!!!! Y quién es él, y en que lugar osó actuar así? Preguntenle!!! A quién satisfacía su burdo engaño?
ResponderEliminarMe encanta!!!!!
Comparto, comparto, comparto!!!
Con quien, con todooooooooooooooooos!!!!
jajajajaja
ResponderEliminarajajjajajaaj, que espanto. Muy buen tirón de orejas. Una invitación a despertar. Gracias
ResponderEliminarEs genial !!!! a ver si tenemos suerte y lee tu relato... y en vez de encarcelarlo por compartir todo o decir que compartía, lea antes de hacerlo. Muchas gracias por el fascinante relato, me he divertido un monton. Y gracias por el guiño, jeje
ResponderEliminar¡Que interesante tu relato, te "engancha" desde el principio hasta el final!
ResponderEliminarTe felicito.
Un besote